Invasión de Polonia

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Invasión de Polonia
Parte de Frente Oriental
Invasión Polonia collage.jpg

Fecha 1 de septiembre – 6 de octubre de 1939
Localidad Polonia
Batallas incluidas Batalla de Piotrków Trybunalski
Resultado Victoria germano-soviética. Repartición del territorio polaco entre Alemania, Lituania y URSS.
Beligerantes
Flag of Germany (1935–1945).png Alemania
Flag of the Soviet Union.png Unión Soviética
Flag of Poland.png Polonia
Comandantes destacados
Fedor von Bock
Gerd von Rundstedt
Mikhail Kovalyov
Semión Timoshenko
Edward Rydz-Śmigły
Wacław Stachiewicz
Fuerzas totales disponibles
2.750 carros
4.736 carros
210 carros
670 tanquetas
Modelos de blindados destacados
Panzer II Ausf. A/B/C
Panzer I
Panzer IV Ausf. B/C
Panzer 35(t)
Panzer 38(t) Ausf. A
T-26, BT
7TP
Tanquetas TK-3 y TKS
Armas anticarro destacadas
Panzerbüchse 39
3,7 cm PaK 36
Kb ppanc wz.35
Ap wz.36 Bofors

La Invasión de Polonia, conocida también como Campaña de Polonia o Fall Weiss ("plan blanco") en Alemania y como Campaña de septiembre o Guerra defensiva de 1939 en Polonia, fue la invasión de la República de Polonia llevada a cabo por parte de Alemania primero, y luego por la Unión Soviética, a partir del 1 y del 17 de septiembre de 1939, respectivamente. Estos hechos se produjeron una semana después del pacto de no agresión germano-soviético conocido como "pacto Molotov–Ribbentrop" y provocaron el estallido de la Segunda Guerra Mundial con la declaración de guerra a Alemania por parte de Francia y Reino Unido.

Situación estratégica

Mientras que los alemanes se anexionaban los Sudetes checoslovacos en octubre de 1938, Polonia resolvió sus propias disputas territoriales con Checoslovaquia invadiendo y tomando el control de los distritos de Těšín, Orava y Spiž. El 6 de enero de 1939, el ministro de Relaciones Exteriores del Reich, Joachim von Ribbentrop, y su equivalente polaco, Józef Beck, se reunieron en Múnich. Los alemanes querían que Danzig fuese devuelta y propusieron la construcción de una carretera y una línea de ferrocarril extraterritoriales para conectar Alemania con Prusia Oriental; a cambio, Ribbentrop estaría de acuerdo con todas las condiciones económicas regionales existentes en Polonia. Beck se negó a aceptar cualquier concesión.

A finales de febrero, Smigly-Rydz dio instrucciones al general Stachiewicz, Jefe del Estado Mayor polaco, sobre los preparativos del Plan Oeste (Plan Zachód) y ordenó que se elaborara en detalle. El 20 de marzo, el Plan Este (Plan Wschód) fue completado y guardado en un cajón. Toda la atención fue dirigida al Plan Oeste, cuyo trabajo se inició el 4 de marzo. La suposición subyacente en la que se basaba el plan era que el peligro sobre la Pomerania alemana y la Baja Silesia eran iguales. Esto iba a ser alterado drásticamente por la toma de control de Checoslovaquia. El 15 de marzo de 1939, Hitler declaró protectorado alemán las provincias checas de Bohemia y Moravia y las incorporó, violando flagrantemente los Acuerdos de Munich. Eslovaquia se convertiría en un estado independiente aunque aliado estrechamente con Alemania y Hungría; este último luego se anexionaría territorio del sur de Eslovaquia y se apoderaría de la Ucrania Transcarpática.

Firma del pacto de no agresión germano-soviético, Pacto Ribbentrop-Mólotov, 23 de agosto de 1939.

La posición estratégica ya de por sí desventajosa de Polonia empeoró de la noche a la mañana. El 21 de marzo, Ribbentrop presentó propuestas alemanas en forma de demanda al embajador Lipski. Con Checoslovaquia fuera de los mapas, las fuerzas alemanas ocuparían previo ultimátum y acuerdo con las autoridades lituanas el 23 de marzo el Territorio de Memel en Lituania, en lo que sería la última anexión no bélica de Hitler. El 26 de marzo se produjo el rechazo oficial de Varsovia, aunque este último quería discutir un acuerdo tanto de la cuestión de Danzig como de mayores facilidades de transporte para los alemanes que pudieran satisfacer a ambas partes. El 6 de abril, el barón von Weizsacker, Secretario de Estado del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán, le dijo a Lipski que las propuestas alemanas ya no estaban sobre la mesa. Lipski le dijo a Weizsacker que el Acuerdo anglo-polaco, firmado ese día, no tenía como objetivo rodear a Alemania y que Polonia deseaba continuar con el pacto de no agresión. Ese mismo mes Hitler renunció al mismo. Y para que la “Cuestión Polaca” se resolviera a favor de Alemania sin intromisiones desde el este, el 23 de agosto de 1939 Alemania y la Unión Soviética firmaron protocolos secretos para su propio pacto de no agresión, en los que detallaban el reparto de Polonia y los estados bálticos.

Alemanes

Para eliminar la posibilidad de una guerra en dos frentes, las fuerzas de Hitler tendrían que realizar una campaña rápida contra Polonia para después reforzar la debilitada frontera occidental lo antes posible. El 25 de agosto, el Alto Mando de la Wehrmacht (OKW) emitió las órdenes para la implementación del “Plan Blanco” (Fall Weiss), el plan de invasión de Polonia. Pero las negociaciones entre Hitler y Mussolini se desarrollaron mal, las órdenes fueron anuladas y no todas las unidades las recibieron a tiempo, por lo que se produjeron algunos incidentes fronterizos.

La invasión debía contar con tres ejes de avance diferenciados:

  • El ataque principal, desde el territorio principal alemán sobre toda la frontera polaca, ejecutado por el Grupo de Ejércitos Sur, bajo el mando de Gerd von Rundstedt.
  • Un eje de ataque secundario por el norte, desde Prusia Oriental, ejecutado por el Grupo de Ejércitos Norte bajo el mando de Fedor von Bock.
  • Un eje de ataque terciario por parte de los aliados eslovacos, con apoyo de unidades alemanas, bajo el mando de Ferdinand Čatloš.

Los tres ejes de ataque debían converger sobre Varsovia, con la intención de embolsar y aislar la fuerza principal del Ejército Polaco al oeste del Vístula para ser posteriormente destruida.

En el centro de Rundstedt, el 10.º Ejército del general de artillería Walter von Reichenau debía derrotar al Ejército de Lódź polaco, asegurar los cruces sobre el río Wisła, a unos 300 km al noreste, y atacar Varsovia. Encargado de liderar esta acometida, el XVI Cuerpo Motorizado del general de caballería Erich Hoepner incluía la 1ª División Panzer del general de división Rudolf Schmidt y la 4.ª División Panzer del general de brigada Georg-Hans Reinhardt, más las 14.ª y 31.ª Divisiones de Infantería dirigidas por los generales de división Peter Weyer y Rudolf Kaempfe respectivamente.

Por mucho que el Grupo de Ejércitos Norte de Fedor von Bock progresara según el plan, Rundstedt trataría de mantener un ritmo rápido, aunque el 14.º Ejército del general de ejército Wilhelm List intentaría romper por los pocos cruces a través de los Cárpatos. Por contra, el terreno frente al 8.º Ejército, dirigido por Johannes Blaskowitz, y al 10.º Ejército permitiría una mayor maniobrabilidad, ya que este último tendría un flanco izquierdo volante para permitirle consolidar sus fuerzas a lo largo del eje principal de avance y evitar su dispersión, ya que el Ejército de Poznań polaco sería aislado y eliminado en los primeros compases de la campaña.

Polacos

Para hacer frente a una invasión, a las Fuerzas Armadas Polacas (Polskie Sily Zbrojne) se les asignaron zonas defensivas fronterizas, se realizaron juegos de guerra y planificaciones estratégicas que simulaban invasiones de Alemania, de la Unión Soviética o de ambos. En cada escenario, el apoyo francés y rumano era un factor clave para el éxito; a fin de cuentas su única esperanza era llevar a Alemania a librar una guerra en dos frentes.

Durante la movilización consecuente con la ejecución del Plan Oeste, las formaciones polacas se activaron en unidades menores después de la anexión alemana de Checoslovaquia. Para entonces, el alto mando polaco anticipó una fuerza de invasión alemana potencial equivalente a 70 divisiones, contra las que decidieron que la mejor solución era dividir sus fuerzas en grupos operativos a norte y sur. Teniendo en cuenta que el oeste de Polonia se adentraba en Alemania y estaba rodeada por tres lados, este territorio insostenible en circunstancias convencionales ocasionó que los mandos polacos quisieran intercambiar espacio por tiempo. Cada ejército polaco debía cubrir un frente de hasta 200 km con sus divisiones de infantería subordinadas, las cuales ocuparían entre 12 y 25 km de frente, dependiendo de las circunstancias. El cinturón defensivo principal tendría 2 km de profundidad, con una defensa lineal convencional. La caballería proporcionaría reconocimiento y actuaría como una defensa móvil de hasta 9 km desde el frente como una pantalla para las defensas principales, mientras que las formaciones de infantería permanecerían en posiciones más fijas y fortificadas. La artillería estaría hasta 3 km detrás de la línea defensiva principal para brindar apoyo y adaptarse mejor a situaciones fluidas. Las ciudades más grandes y cercanas a la frontera proporcionarían sus propias formaciones de tamaño batallón, las cuales defenderían los activos regionales de importación con el apoyo de la Fuerza Aérea Polaca y fuerzas motorizadas.

A finales de agosto de 1939, Polonia comenzó a movilizar en secreto su ejército de 700.000 efectivos. El 29 de agosto se ordenó la movilización general, pero fue cancelada a petición de Reino Unido y luego reordenada al día siguiente. El resultado sería que solamente el setenta por ciento de las fuerzas planificadas estarían disponibles para contrarrestar la invasión. En el caso del Ejército de Prusia polaco, que aún se estaba formando, solo 15 de los 63 batallones y 21 de los 119 vehículos blindados (incluidos los tanques) estarían disponibles el 1 de septiembre. El Ejército de Łódź, en primera línea, estaba en mejor situación, desplegando 35 de 54 batallones y 73 de 107 vehículos blindados.

A nivel táctico, las ordenanzas estipulaban el empleo del combate nocturno y la improvisación para luchar contra una fuerza superior, pero contra formaciones blindadas y motorizadas tal enfoque era un parche en el mejor de los casos y contraproducente si querían mantener una retirada ordenada y coordinada. El general de división Juliusz Rómmel, comandante del Ejército de Lódź, debía defender el área comprendida entre Lódź, Piotrków y la frontera, al tiempo que debía mantener contacto con sus formaciones vecinas, especialmente el Ejército de Poznań, al noroeste. Para llevar a cabo esta tarea, desplegó respectivamente las 10.ª y 28.ª divisiones de infantería a lo largo de la orilla occidental del río Warta, mientras que la 30.ª División de Infantería fue desplegada a su izquierda, cerca de Kłobuck, junto con la Brigada de Caballería Wołyńska y la 7.ª División de Infantería. Más atrás, la 2.ª División de Infantería de la Legión del Coronel Edward Dojan-Surówka y la Brigada de Caballería de Kresowa del coronel Stefan Hanka-Kulesza se establecieron respectivamente cerca de Bełchatów y Zduńska Wola.

El 30 de agosto, el Mariscal de Polonia Edward Śmigły-Rydz puso al país en pie de guerra, pero la movilización general tuvo que retrasarse como ya se ha mencionado. Con la guerra inminente, el 31 de agosto se ordenó a la Fuerza Aérea Polaca que se dispersara en aeródromos secretos. Creyendo que Reino Unido y Francia cumplirían su parte y atacarían dentro de las dos semanas posteriores a la invasión; Śmigły-Rydz formuló su estrategia en consecuencia, la cual permitiría un contraataque polaco decisivo que recordara a la defensa de Varsovia en 1920. Lo que Śmigły-Rydz no podía haber considerado fue la falta voluntad de las potencias occidentales y la intervención soviética.

Fuerzas enfrentadas

Alemania

Las fuerzas blindadas germanas disponían de 2.859 carros de combate en septiembre de 1939 y disfrutaron de una superioridad con respecto a las fuerzas blindadas polacas de casi 5 a 1.[1][2]

Polonia

El 1 de septiembre de 1939 Polonia disponía de unos 620 vehículos blindados de combate, incluidos 134 carros ligeros 7TP, 440 tanquetas de la serie TK, y modelos obsoletos Carden-Loyd Mk.VI, Vickers 6-Ton y Renault FT.[3]

Grandes batallas blindadas

Conclusiones

Experiencia en combate

Tropas polacas con un cañón anticarro wz.36 Bofors en combate, septiembre de 1939.

A mediados de 1939, muchos países europeos, incluida Polonia, carecían de experiencia de combate reciente y por lo tanto sus diseños de carros de combate seguían sin probarse en combate. Cuando comenzó la Guerra Civil Española en 1936, la Alemania nazi y la Unión Soviética aprovecharon la oportunidad para probar sobre el terreno nuevos sistemas y doctrinas de armas. Durante el conflicto español, pronto se hizo evidente que los avances en los cañones contracarro significaban que estos podían penetrar cualquier objetivo blindado en rangos de combate comunes. Contra un adversario que operaba desde posiciones camufladas, un tanque en movimiento, obstaculizado por una visibilidad limitada, una comunicación entre vehículos mínima o inexistente y una falta de coordinación con las unidades de apoyo, era un pato de feria. Aun así, dado que los combates en España terminaron poco antes de que comenzara la campaña polaca, carros de combate ligeros como el Panzer II y el 7TP tuvieron que emplearse en combate a pesar de que su blindaje había demostrado ser una seria desventaja contra los cañones y proyectiles perforantes de 20, 37 y 45 mm. La Campaña de Polonia también demostró la vulnerablidad de los carros de combate de esa época al fusil anticarro, una arma ligera que podía ser portada por un único soldado.

Por el contrario, los militares polacos demostraron ser poco realistas y demasiado confiados en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, colocando grandes concentraciones de tropas en el Corredor Polaco y permaneciendo mal equipados para hacer frente a una guerra mecanizada. Como los Batallones de Tanques Ligeros estaban compuestos por ingenieros, fuerzas contracarro remolcadas y otras fuerzas integradas más el personal de apoyo, los elementos subordinados estaban potencialmente disponibles para abordar rápidamente situaciones inesperadas. Empleados a niveles de compañía y pelotones para fortalecer los sectores amenazados, los grupos de 7TP lucharon en relativo aislamiento y desunión, lo que se vio agravado por la falta de radios. En operaciones defensivas, tales deficiencias de mando y control eran tolerables. Muchos oficiales carecían de la formación adecuada sobre la forma eficaz de emplear y apoyar a las unidades blindadas, y no estaban familiarizados con el uso de radios como parte de su repertorio de mando y control. El personal de mantenimiento escaseaba y aunque durante las dos primeras semanas de la campaña las fuerzas polacas retrocedieron a las líneas interiores, las carreteras congestionadas y la industria interrumpida conspiraron con un período de movilización muy corto para dificultar el reabastecimiento efectivo. Con los activos aéreos polacos destruidos en gran parte los primeros días, las poco numerosas formaciones de 7TP tenían pocas posibilidades de afectar el curso operativo de una batalla. Como el ejército polaco en general, lucharon lo mejor que pudieron con lo que tenían.

Limitaciones de los Panzer I y II

Uno de los muchos Panzer II destruidos durante la Campaña de Polonia. Este tiene múltiples impactos en todo el frontal, posiblemente de calibre 37 mm.

En septiembre de 1939, el Panzer II se acercaba al final de su vida útil en funciones de combate directo; los Panzer III y Panzer IV eran el futuro, pero no estaban disponibles en cantidades suficientes. Durante la campaña polaca, el arsenal alemán contenía unos 3.258 blindados, de los cuales el 44% eran Panzer I y el 38% Panzer II. Con unos 250 Panzer II noqueados durante la campaña, se descubrió que faltaba mantenimiento, al igual que un espíritu agresivo constante entre los tripulantes y un reconocimiento exhaustivo.

Un 7TP polaco abandonado tras los combates. A pesar de su delgado blindaje, un Panzer II debía acercarse a unos 250 m de él para poder destruirlo de frente.

En combate, el Panzer II se desempeñó bien, considerando su blindaje y diseño como un vehículo de entrenamiento. Su armamento principal, el cañón automático KwK 30 de 20 mm, podía atacar objetivos tanto blandos como duros en ráfagas de hasta diez disparos, y su tamaño relativamente pequeño, buen volumen y velocidad de disparo ofrecían cierta compensación. El buen rendimiento del vehículo a campo través significaba que podía utilizar el movimiento y el terreno para evitar ser un objetivo fácil; su suspensión de ballestas se adaptaba a su peso y demostró ser simple, eficaz y fácil de reparar. Aunque la tripulación de tres hombres trabajaba en un entorno estrecho y no ergonómico, su entrenamiento promovió el trabajo en equipo dentro del vehículo, así como con otras fuerzas dentro de un Grupo de Batalla, aunque los informes posteriores indicaron que esto no era la norma, al igual que un agresivo espíritu. Las tripulaciones de Panzer II también lucharon por mantener el combustible y la disciplina de marcha en la campaña, lo que produjo numerosos atascos de tráfico que obstaculizaron las operaciones. Durante la campaña polaca, los comandantes se quejaron de la visibilidad limitada de la torreta, lo que resultó en la instalación de una cúpula rudimentaria después de los combates. Como el blindaje resultó insatisfactorio, se agregó una placa adicional al glacis, y se reemplazó el frente redondo por uno en ángulo.

Tanques polacos

Torreta de un 7TP. Capaz de abatir a un Panzer II hasta a 1.500 metros y a un Pz.I a 1.800 m.

Aunque pocos en número, los 7TP demostraron ser superiores a los Panzer II en una comparación directa. En un escenario similar, ambos poseían mismas capacidades defensivas, pero el cañón más grande del 7TP y su proyectil más pesado le permitían rangos de combate más efectivos. Ambos vehículos podían penetrar el blindaje del otro en rangos de combate promedio, ya que cada uno tenía una protección similar. Teniendo en cuenta el desarrollo de la industria nacional, el tanque polaco era un vehículo simple y rentable. Pero al igual que el Panzer II, carecía de la capacidad de actualizarse o modernizarse en un grado que valiera la pena debido a su tamaño, el cual impedía incorporar un anillo de torreta o motor más grande, añadir más blindaje o peso en general. Su motor diésel resultó ser una desventaja logística y, aparte de los tanques enemigos ligeros y los vehículos blindados, fue superado en un campo de batalla contemporáneo. En un esfuerzo por abordar las lecciones aprendidas durante la Guerra Civil Española, se había iniciado el desarrollo de un vehículo mejorado con blindaje suficiente para resistir proyectiles de 37 mm a distancias superiores a 500 m, el 9TP. En 1938, PZInż produjo varios prototipos de este modelo que luego llegaron a entrar en combate, pero nunca entraría en producción en serie. A lo largo de la campaña polaca, unos 70 7TP (el 50 por ciento) fueron destruidos en combate, mientras que 13 (el 10 por ciento) se averiaron o sufrieron problemas técnicos. La falta de combustible obligó a 15 (el 11 por ciento) a abandonar el combate, y 21 (el 15 por ciento) se rindieron. De estos, los alemanes capturaron 20 y los soviéticos uno, mientras que 20 (el 14 por ciento) entraron en Rumanía y fueron internados.

El fin de las Div. Ligeras

Bajas de la 1.ª Div. Ligera[4]
Fuerza
inicial
Pérdidas
definitivas
En reparación Disponibles
Blindados
de ruedas
60 9 51
Panzer II 72 8 49 15
Panzer 35(t) 130 69 46 15
Panzer IV 43 9 30 4
PzBefWg 14 8 6

Los números de bajas de blindados en la 1.ª División Ligera mostrados en la tabla pueden sorprender después de la "Campaña de los 18 días" (Feldzug der 18 Tage), que fue como la propaganda alemana llamó a la Invasión de Polonia. A pesar de tener superioridad numérica, la cantidad de vehículos alemanes perdidos parece ser alta, especialmente para en el modelo checo Panzer 35(t), del cual más del 33% de los ejemplares de esta unidad quedaron totalmente destruidos.

Tras la Campaña de Polonia, Alemania reorganizó sus divisiones ligeras (leichte Divisionen) y las transformó en divisiones Panzer.

  • La 1.ª División Ligera fue redesignada 6.ª División Panzer
  • La 2.ª División Ligera fue redesignada 7.ª División Panzer
  • La 3.ª División Ligera fue redesignada 8.ª División Panzer
  • La 4.ª División Ligera fue redesignada 9.ª División Panzer

Referencias

  1. Anderson (2017), p. 127.
  2. Anderson (2021), p. 53.
  3. Higgings (2015), p. 49.
  4. Anderson (2017), p. 146.

Este artículo fue redactado por Francisco Palomares Caparrós y Adrián Hermida para WikiTanks en base a las siguientes fuentes:

  • Anderson, Thomas (2017). The History of the Panzerwaffe Vol. 1. Osprey Publishing. ISBN 978-1-4728-0812-7.
  • Anderson, Thomas (2021). Panzer IV. Osprey Publishing. ISBN: 978-1472829689.
  • Belcarz, Bartlomiej y Peczkowski, Robert (2001). White Eagles -The Aircraft, Men and Operations of the Polish Air Force 1918-1939. Hikoki Publications. 978-1-9021-0973-2
  • Bielski, Mieczysław (1991). Grupa Operacyjna „Piotrków” 1939. Varsovia: Wydawnictwo Bellona. ISBN 83-11-07836-X.
  • Higgings, David R. (2015). Panzer II vs 7TP: Poland 1939. Duel 66. Oxford: Osprey Publishing Ltd. ISBN 978-1-4728-0882-0.
  • Honiarek, Jan (1994). The Polish Air Force, 1939-1945. Squadron/Signal Publications Inc. ISBN 978-0-8974-7324-8.
  • Kennedy, Robert M. (1956). The German campaign in Poland (1939). US Army: Department of the Army.
  • Stachura, Peter D. (1998). Poland between the Wars, 1918–1939. Poland’s Defence Preparations in 1939. Londres: Palgrave Macmillan. ISBN 978-1-3492-6942-6.
  • Szubański, Rajmund (2011). Polska broń pancerna w 1939 roku. Varsovia: Bellona Spółka Akcyjna. ISBN 978-8-3111-2106-5.
  • Williamson, David G. (2011). Poland Betrayed - The Nazi-Soviet Invasions of 1939. Stackpole Co. ISBN 978-0-8117-0828-9.
  • Zaloga, Steven J. (1982). The Polish Army 1939-45. Men At Arms 117. Oxford: Osprey Publishing Ltd. ISBN 978-1-4728-0436-5.
  • Zaloga, Steven J. y Madej, Victor (1991). The Polish Campaign 1939. US: Hippocrene Books Inc. ISBN 978-0-8705-2013-6.
  • Zaloga, Steven J. (2002). Poland 1939: The birth of Blitzkrieg. Campaign 107. Oxford: Osprey Publishing Ltd.. ISBN 978-1-8417-6408-5.

Enlaces externos

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